Carta N° 11 de Mons. Marcel Lefebvre a los Amigos y Benefactores de la FSSPX - Octubre de 1976


Queridos amigos y benefactores, 

Desde la publicación de la última carta en tiempo pascual, cuántos acontecimientos más han marcado la historia de nuestra Obra, convertida ahora en centro de interés universal: una prueba más, si hiciera falta, de que los hombres de nuestro tiempo siguen siendo apasionados sobre problemas religiosos y que estos problemas todavía tienen un impacto mucho mayor en nuestra sociedad de lo que generalmente se cree.

Cuando se anunciaron estos hechos, un gran número de ustedes compartió su dolor, su indignación, su simpatía, a veces sus preocupaciones; todos nos aseguraron sus fervientes oraciones. Nos han llegado miles de cartas y telegramas. Era físicamente imposible para nosotros responderla. Encuentre en estas líneas la expresión de nuestro profundo agradecimiento. ¡Que sean también para vosotros fuente de aliento y de esperanza!

Para ayudaros a hacer comprender a quienes nos conocen poco las razones de nuestra actitud, insistimos en dos razones que nos parecen muy importantes: el aspecto disciplinario y el aspecto teológico o de fe.

No se condena sin juicio y no se puede juzgar si la causa no pudo ser oída en formas que aseguren su perfecta y libre defensa ante un tribunal. Pero fuimos condenados sin juicio, sin poder defender nuestro caso, sin comparecer ante un tribunal. De esta condena arbitraria y tiránica de la Fraternidad San Pío X y de su seminario se deriva la prohibición de las ordenaciones y la suspenso que me afecta personalmente. Constatando la nulidad evidente de la primera sentencia, no veo cómo las sentencias que siguen podrían ser válidas. Por eso no tenemos en cuenta las decisiones de una autoridad que abusa de su poder. En rigor, si no fuera mas que un problema jurídico y si estas sentencias injustas solo nos afectaran personalmente, podríamos someternos a ella con espíritu de penitencia. Pero a este aspecto legal se le suma una razón mucho más grave, el de la de salvaguardar nuestra fe.

Estas decisiones, de hecho, nos obligan a someternos a una nueva orientación en la Iglesia, una orientación que es fruto de un “compromiso histórico” entre la Verdad y el Error.

Este “compromiso histórico” se produjo en el Concilio a través de la aceptación de ideas liberales, puestas en práctica después del Concilio por hombres de Iglesia liberales que lograron tomar las palancas de mando en la Iglesia.

Se concreta en el diálogo con los protestantes que condujo a la reforma litúrgica ya los decretos sobre la hospitalidad eucarística y los matrimonios mixtos; diálogo con los comunistas que desemboca en la entrega de naciones enteras al socialismo y al marxismo como Cuba, Vietnam, Portugal y pronto España, si no Italia; diálogo con los masones que concluye con la libertad de culto, la libertad de conciencia, la libertad de pensamiento, es decir,el ahogamiento de la Verdad y la Moralidad por el Error y la Inmoralidad.

Es a esta traición de la Iglesia a la que quieren que colaboremos alineándonos con esta orientación repetidamente condenada por los sucesores de Pedro y por los concilios anteriores.

Rechazamos este compromiso dpara ser fieles a nuestra fe, a nuestro bautismo y a nuestro único rey, Nuestro Señor Jesucristo.

Por eso continuamos ordenando en nuestro Seminario a los que la Providencia orienta, después de haberles dado una formación plenamente conforme a la doctrina de la Iglesia y fieles al magisterio de los sucesores de Pedro.

En principio, este año tendremos 14 nuevos sacerdotes y recibiremos 35 nuevos, entre ellos 4 hermanos postulantes. Estamos felices de dar la bienvenida a algunos italianos y algunos belgas. Todos estos aspirantes están actualmente siguiendo el retiro de apertura del año escolar.

Durante este tiempo, nuestros prioratos se fueron instalando lentamente, tres de los cuales se activarían durante 1977. Nos querían en todas partes. Los grupos de fieles católicos están aumentando considerablemente y no hay suficientes sacerdotes.

Contamos con vuestro apoyo material y espiritual para que podamos continuar la obra más necesaria para la verdadera renovación de las almas: la formación de verdaderos sacerdotes, sin olvidar la formación de religiosos y religiosas.

El 26 de septiembre emitieron la profesión dos hermanos y tomaron el hábito dos, mientras que el 29 tuvimos la satisfacción de recibir la profesión de la primera monja de la Fraternidad Sor Marie Michel, de origen australiano, y de bendecir las vestiduras de tres postulantes estadounidenses. . Ocho recién llegados se presentaron al postulantado el 20 de septiembre.

Afortunadamente, no somos los únicos que mantenemos la sólida tradición de la Iglesia en este ámbito. Los noviciados de hombres y mujeres se multiplican, a pesar de las pruebas que sufren por parte de quienes deberían bendecirlos.

Con la ayuda de Jesús, María, José, esperamos que se acerque el desenlace de la persecución que injustamente estamos sufriendo. Dios no abandona a su Iglesia, aunque permita seguir sufriendo la Pasión de su Divino Fundador.

¡Hagamos que nuestro Señor Jesucristo reine en todos los aspectos! Este es nuestro programa.

Que Dios los bendiga a través de Nuestra Señora del Rosario.

Marcel Lefebvre
Superior General de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X