Día Tres de Diciembre

                                           

Conformidad con la Voluntad de Dios.

“No como yo quiero, Señor, sino como tú”. — Mat. 26, 39

«La unión con Dios se verifica de tres maneras: por la conformidad, uniformidad y deiformidad.

La conformidad es una entera subordinación de nuestra voluntad con la voluntad divina en todas nuestras obras y en todos los acontecimientos, queriendo y aceptando todo lo que Dios quiere a pesar de todas las repugnancias de la naturaleza.

La uniformidad es una unión estrecha de nuestra voluntad con la voluntad divina, que hace que no solamente queramos todo lo que Dios quiere, sino también que lo queramos únicamente porque Dios quiere, alegrándonos de todo lo que Él quiere por razón de que esto es agradable a Dios.

La deiformidad es una transformación que hace que nuestra voluntad no sea otra jamás, sino una misma con la voluntad de Dios. En este estado, la voluntad humana casi no siente en sí más que la voluntad divina y nada más quiere que lo que la voluntad increada después de haber sido transformada en ella». — P. Cagliari

Los sentimientos de santa Magdalena de Pazzi sobre este asunto son admirables. Decía que se arrojaría sin titubear a los tormentos más horrorosos si conociera que era la voluntad de su Dios que obrase así. En una de las fiestas de Pentecostés, decía que deseaba ardientemente recibir el Espíritu Santo, porque sabía que este Dios de amor quería comunicarse a ella. Suspiraba por el Cielo, pero ambicionaba aún más el hacer amorosamente la voluntad de Dios, y trabajaba de continuo a fin de poder decir del modo más perfecto estas palabras: hágase tu voluntad. Fiat voluntas tua.

Una señora virtuosa se presentaba muchas veces al día a su Dios, dirigiéndole estas palabras de la Santísima Virgen: «He aquí la sierva del Señor; cúmplase todo lo que vos exigís y deseáis de mí.»

Oración

Mi amoroso Señor, aumentame un poquito más la fe para poder apreciarte mejor e infunde en mi corazón un poquito más de tu amor y de tu santo espíritu para poder abrazar tu santa voluntad en la tierra.