Profecía del 22 de agosto de 1960:
La Virgen habla:
“¡La hora de la justicia de Dios está cerca y será terrible!
Tremendos flagelos se avecinan sobre el mundo, y varias naciones son golpeadas por epidemias, hambrunas, grandes terremotos, terribles huracanes, con ríos y mares desbordados, que traen ruina y muerte.
Si el pueblo no reconoce en estos flagelos (de la naturaleza) las advertencias de la Divina Misericordia, y no se vuelve a Dios con una vida verdaderamente cristiana, VENDRÁ OTRA GUERRA TERRIBLE DE ORIENTE A OCCIDENTE. RUSIA CON SUS EJÉRCITOS SECRETOS BATALLARÁ A AMÉRICA; SOBREPASARA EUROPA.
El río Rin se desbordará de cadáveres y sangre. Italia, también, será acosada por una gran revolución, y el Papa sufrirá terriblemente.
Difundid la devoción a mi Corazón Inmaculado, para que muchas almas sean conquistadas por mi amor y muchos pecadores regresen a mi Corazón Maternal. No temáis, que Yo acompañaré con mi maternal protección a mis fieles y a todos los que acepten mis urgentes advertencias, y ellos, especialmente por el rezo de mi Rosario, se salvarán.
Satanás anda furioso por este mundo desordenado, y pronto mostrará todo su poder. Pero, por mi Corazón Inmaculado, el triunfo de la Luz no tardará en triunfar sobre el poder de las tinieblas, y el mundo, por fin, tendrá tranquilidad y paz”.
Tremendos flagelos se avecinan sobre el mundo, y varias naciones son golpeadas por epidemias, hambrunas, grandes terremotos, terribles huracanes, con ríos y mares desbordados, que traen ruina y muerte.
Si el pueblo no reconoce en estos flagelos (de la naturaleza) las advertencias de la Divina Misericordia, y no se vuelve a Dios con una vida verdaderamente cristiana, VENDRÁ OTRA GUERRA TERRIBLE DE ORIENTE A OCCIDENTE. RUSIA CON SUS EJÉRCITOS SECRETOS BATALLARÁ A AMÉRICA; SOBREPASARA EUROPA.
El río Rin se desbordará de cadáveres y sangre. Italia, también, será acosada por una gran revolución, y el Papa sufrirá terriblemente.
Difundid la devoción a mi Corazón Inmaculado, para que muchas almas sean conquistadas por mi amor y muchos pecadores regresen a mi Corazón Maternal. No temáis, que Yo acompañaré con mi maternal protección a mis fieles y a todos los que acepten mis urgentes advertencias, y ellos, especialmente por el rezo de mi Rosario, se salvarán.
Satanás anda furioso por este mundo desordenado, y pronto mostrará todo su poder. Pero, por mi Corazón Inmaculado, el triunfo de la Luz no tardará en triunfar sobre el poder de las tinieblas, y el mundo, por fin, tendrá tranquilidad y paz”.