Profecía del Año 1959:
Jesús, chorreando sangre y con mirada dolorosa y doliente, dijo:
“¿Queréis uniros a Mí en Mi agonía? ¡Mira cuánto sufro! ¡Los pecados de los hombres me han reducido a esto! Cuánta amargura se derrama en este Corazón traspasado por tantas almas, que en vez de amarme con sacrificios, y huyendo de las vanidades pecaminosas del mundo corrompido, cometen mucha iniquidad.
Ayúdame a sufrir consolando mi Corazón afligido, y repara por los muchos pecados. ¡Oh mi amada esposa, si supieras el dolor que sufre mi Corazón por la pérdida de tantas almas! Satanás viaja victorioso sobre toda la tierra pecadora. Necesito almas generosas para apaciguar la justicia ultrajada del Padre, porque el mundo se dirige a la ruina inminente. ¡Las horas de oscuridad están cerca!
Entonces se me apareció la Virgen, triste y derramando lágrimas. Ella dijo:
Ayúdame a sufrir consolando mi Corazón afligido, y repara por los muchos pecados. ¡Oh mi amada esposa, si supieras el dolor que sufre mi Corazón por la pérdida de tantas almas! Satanás viaja victorioso sobre toda la tierra pecadora. Necesito almas generosas para apaciguar la justicia ultrajada del Padre, porque el mundo se dirige a la ruina inminente. ¡Las horas de oscuridad están cerca!
Entonces se me apareció la Virgen, triste y derramando lágrimas. Ella dijo:
Este gran manto que ves, es la expresión de mi misericordia para cubrir a los pecadores y para salvarlos. Los hombres, en cambio, se cubren con más inmundicias y no quieren confesar sus verdaderas faltas. Por tanto, la justicia de Dios pasará sobre el mundo pecador para purificar a la humanidad de tantos pecados, abiertamente cometidos y ocultos, especialmente los que corrompen a la juventud.
Para salvar las almas, deseo que se propague en el mundo la consagración al Inmaculado Corazón de María, Medianera de los hombres devota de la Misericordia de Dios, y de la Reina del Universo.
El mundo será una vez más afligido por una gran calamidad; con revoluciones sangrientas; con grandes terremotos; con hambres; con epidemias; con temibles huracanes; y con inundaciones de ríos y mares. Pero si los hombres no vuelven a Dios, fuego purificador caerá de los Cielos, como tormentas de nieve, sobre todos los pueblos, y una gran parte de la humanidad será destruida.
Los hombres ya no hablan según el verdadero espíritu del Evangelio. La inmoralidad de los tiempos ha alcanzado un pico. Pero los hombres no escuchan mis advertencias maternales, por lo que el mundo debe purificarse pronto.
Para salvar las almas, deseo que se propague en el mundo la consagración al Inmaculado Corazón de María, Medianera de los hombres devota de la Misericordia de Dios, y de la Reina del Universo.
El mundo será una vez más afligido por una gran calamidad; con revoluciones sangrientas; con grandes terremotos; con hambres; con epidemias; con temibles huracanes; y con inundaciones de ríos y mares. Pero si los hombres no vuelven a Dios, fuego purificador caerá de los Cielos, como tormentas de nieve, sobre todos los pueblos, y una gran parte de la humanidad será destruida.
Los hombres ya no hablan según el verdadero espíritu del Evangelio. La inmoralidad de los tiempos ha alcanzado un pico. Pero los hombres no escuchan mis advertencias maternales, por lo que el mundo debe purificarse pronto.
RUSIA MARCHARÁ SOBRE TODAS LAS NACIONES DE EUROPA, PARTICULARMENTE SOBRE ITALIA, Y LEVANTARÁ SU BANDERA SOBRE LA CÚPULA DE SAN PEDRO. Italia será duramente probada por una gran revolución, y Roma será purificada en sangre por sus muchos pecados, ¡especialmente los de impureza! EL REBAÑO ESTÁ A PUNTO DE DISPERSARSE y el Papa debe sufrir mucho. El único medio válido para aplacar a la Justicia Divina es orar y hacer penitencia, volviendo a Dios con sincero dolor por las faltas cometidas, y entonces el castigo de la Justicia Divina será mitigado por la misericordia. La humanidad nunca encontrará la paz, si no vuelve a mi Corazón Inmaculado como Madre de Misericordia y Medianera de los hombres; y al Corazón de mi Hijo Jesús.