Textos y sentencias espirituales

  


Un solo suspiro de María es más poderoso que todos los sufragios de los santos. Esto lo declaró a Santo Domingo el demonio por la boca de un poseso cuando el santo lo exorcizaba, conforme refiere el P. Paciuchelli, diciendo que vale más ante Dios un suspiro de María que las súplicas de todos los santos juntos. San Alfonso María de Ligorio

La frase más humilde: Sin Dios no soy nada. La frase más poderosa: Con Dios lo puedo todo. Anónimo

Si algún nuevo contagio amenaza envenenar no ya una parte de la Iglesia sino a la Iglesia toda entera a la vez, entonces su gran empeño deberá ser el de aferrarse a la antigüedad que evidentemente ya no puede ser seducida por ninguna novedad mentirosa. San Vicente de Lérins.

El idiota considera falso todo lo que es incapaz de entender. Santo Tomás de Aquino

Ver a los ángeles no es un gran milagro, sino ver tus propios errores es un milagro. San Antonio Abad

Los milagros no son contrarios a la naturaleza, sino solo contrarios a lo que sabemos sobre la naturaleza. San Agustín de Hipona

Si lo entendieras, no sería Dios. San Agustín de Hipona.

No desees ser nada más de lo que eres, y trata de ser así de perfecto. San Francisco de Sales

Según revelación hecha a Santa Brígida, un verdugo mandó a Jesús que se despojara de sus vestiduras; obedeció, se abrazó a la columna a la que le ataron, y le azotaron tan cruelmente, que su cuerpo quedó completamente lacerado; y añade la revelación que los azotes no sólo herían, sino que surcaban las sacrosantas carnes. De tal modo fue azotado, que, como continúa la revelación, se veían las costillas a través del pecho. Concuerda con esto lo que escribe San Jerónimo: «Los azotes destrozaron el sacratísimo cuerpo de Dios», y San Pedro Damiano, que. los verdugos perdieron las fuerzas en la flagelación del Señor. Todo lo cual predijo el profeta Isaías con estas palabras: Fue traspasado por causa de nuestros pecados. La palabra attritus tiene también el significado de desmenuzado o molido.

Los siervos de Cristo están protegidos por seres invisibles, más que visibles. Pero si estos te guardan, lo hacen porque han sido convocados por tu oración. San Ambrosio

Predica el evangelio siempre, y si es necesario usa las palabras. San Francisco de Asis

-¿Señor, dónde estabas tú cuando mi corazón era tan atormentado?
 -Yo estaba en el medio de tu corazón - repuso el Señor- 
-Ah, Señor, replicó Catalina, Tú eras la eterna verdad y yo me inclino humildemente ante tu majestad, pero ¿cómo puedo creer que estabas en mi corazón cuando este estaba lleno de tan detestables pensamientos? 
-¿Te dieron esos pensamientos agrado o dolor? -Una tristeza y pena excesivas.
-Estuviste apenada y sufriste porque yo estaba oculto dentro de tu corazón. Si yo no hubiese estado allí, esos pensamientos habrían penetrado dentro de tu corazón y te habrían llenado de alegría, pero mi presencia te los hizo insoportables; tuviste la voluntad de rechazarlos porque estaban allí a pesar tuyo y precisamente porque no conseguías rechazarlos se te llenaba el alma de tristeza. Yo obré sobre tu alma y te defendí contra tu enemigo. Yo estaba dentro de ti y permití esos ataques porque podían resultarte útiles para tu salvación. Cuando hubo pasado el tiempo que yo había fijado para la prueba, te envié mi luz y las sombras del infierno se disiparon, porque el demonio no puede resistir la luz... Porque tú aceptaste esa prueba de corazón, te libré al fin de ella con mi presencia... Lo que me agrada no es la aflicción en sí misma sino la voluntad con que se soporta. Vida de Santa Catalina de Siena, Beato Raimundo de Capua

En la vida espiritual, hay que ir siempre adelante y no retroceder jamás; de otro modo nos sucede como a la barca, que, si en vez de avanzar, se detiene, el viento la arrastra hacia atrás. San Pio de Pietrelcina

Haz amigos con los ángeles, que aunque invisibles siempre están contigo. San Francisco de Sales

Si tú crees, verás el poder de mi corazón. Jesús a Santa Margarita Alacoque

Rogad a María que bañe vuestro corazón con sus lágrimas dolorosas, con el fin de que tengáis un continuo recuerdo de la Pasión de Jesús y de sus penas maternales. San Pablo de la Cruz

Hay una práctica que es muy poderosa para mantenernos unidos con Dios. Esa práctica es el recuerdo constante de su presencia. San Alfonso María de Ligorio

Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. San Pablo, Apóstol de los Gentiles

¡Oh démonos a Él! ¿Qué son cincuenta años y aún cien de vida, comparados con la eternidad? Sacrificio aquí en el destierro, gloria sin fin en la patria. Y ¿qué es el sacrificio, qué es la cruz sino cielo cuando en ella está Jesucristo?. Santa Teresa de los Andes.