Al amparo de la Virgen de Caacupé

     



El sábado, 29 de junio, se realizó la peregrinación a la Basílica Menor Santuario de Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé, Paraguay, organizada por la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, desde la vecina ciudad de Piribebuy, ubicada a 18 km. de distancia. 

A las 8 horas de la mañana nos congregamos los peregrinantes en la Iglesia del Dulce Nombre de Jesús de Piribebuy, desde donde, iniciamos la marcha una treintena de personas tanto locales como extranjeras. Sumados a nosotros los residentes paraguayos, peregrinaba un grupo de fieles argentinos provenientes de la ciudad de Corrientes y de Mercedes, acompañados por el Hermano Angel, quien de manera especial acompañó el recorrido con cantos y rezando con nosotros el Santo Rosario, el agradable, muy orador y divertido P. Agustin. También y sin olvidar a nuestro invitado especial el R. P. Luis Nuñez, Ecónomo, conocido por su particular humor y sus sermones llenos de sabios consejos.

Avanzando por calles asfaltadas, empedradas y de tierra, y sorteando los arroyuelos y el barro que dejará atrás la lluvia del día anterior, llegamos, tras aproximádamente seis horas de marcha, a la Basílica acompañados de la hermosa imagen de la Virgen milagrosa, dirigiéndonos de inmediato al camerino de la Santísima Virgen, donde hincados de rodillas nos consagramos a la Reina de los Cielos y Madre de Dios. Acto seguido, asistimos al sacrificio de la Santa Misa en la Capilla de San Roque González de Santacruz

Finalizada la Santa Misa, todos los fieles que habíamos sido trasladados en ómnibus rentado desde Asunción hasta Piribebuy volvimos a abordar el colectivo de regreso a la vecina ciudad y desde allí a Asunción. 

Fue entonces luego de varios minutos de viaje cuando del vehículo se empiezan a oír ruidos extraños. Al poco tiempo, empieza a emanar humo del motor, muy rápidamente podríamos recordar aquí, haciendo paralelismo como el humo de las malos hombres con malas doctrinas  del infierno terminan apoderandose de la Iglesia! El humo fue creciendo en cantidad hasta que fue invadiendo todo el bus! como la mala doctrina y el modernismo terminan invadiendo toda la tierra. ¡Qué paralelismo sorprendente! Sobre los cuales fue alertado el chofer, quien, haciendo caso omiso  seguía con su destino, recordándonos a muchos pastores actuales, y sobre todo a las máximas autoridades de la Iglesia luego del triste Concilio Vaticano II.

¡A pesar de la mucha insistencia y de la desesperación con gritos de los pasajeros, el conductor se negó a detener la marcha y a abrirnos la puerta del bus! Cuando la humareda se hubo tornado tan densa que no dejaba respirar a los pasajeros, se le instó vehementemente al chofer que se encostara en la banquina. Sin embargo, poco después de hacerlo, se oyó un estrépito y se sintió una sacudida en la parte trasera del ómnibus. 

En ese mismo momento fue que nos percatamos de que otro vehículo que circulaba detrás no había visto al ómnibus debido a la humareda y había embestido contra él. ¡Gracias a Dios y a la Santísima Virgen, no hubo muertes afixiados ni fatalidades que lamentar! Pese a que las pobres personas que impactaron nuestro bus, y pese a que quedaron varios minutos atrapados en el automovil sin heridas graves los bomberos asistieron a los accidentados que se encontraban asustados transladandolos con urgencia al hospital, como los buenos sacerdotes asisten a las almas piadosas necesitadas de los sacramentos, todo esto ocurrió a las horas de la tarde-noche. Varados en la oscuridad al costado de esa peligrosa carretera con todo el intenso frío estuvimos los peregrinantes hasta las 22 horas de la noche aproximádamente fortalecidos con la Santa Misa a la que asistimos horas antes, cuando llegó un colectivo nuevo a buscarnos luego de la larga espera.

Muy desagradable momento que vivimos luego de tanta alegría y consuelos obtenidos y vividos en la Santa Misa, sin embargo las astucias del demonio enemigo con el accidente no nos venció, volvimos fortalecidos con una hermosa oración hecha por uno de los fieles que me recordaba la Santa Misa celebrada magníficamente por el R. P. Luis Nuñez.

En retrospectiva, nos damos cuenta de que la protección de Nuestra Señora estuvo todo el tiempo sobre el grupo de peregrinos, quienes, pese al susto, salieron ilesos de este percance, fortalecidos con la Santa Misa Tradicional horas antes, pudimos aguantar el frío y la oscuridad, un testimonio de un milagro más de la Virgen de Caacupé, y la influencia y protección en nuestras almas por el hermoso tesoro de la Santa Misa de la cual tenemos la dicha de asistir con la ayuda de sacerdotes verdaderos, auténticos militantes en pos del reinado de Cristo en Paraguay y la expansión de la verdadera doctrina y la auténtica Santa Misa Católica en todo el continente.

Ah, ¡qué amorosa Madre tenemos en el cielo! 

¡Viva la Santa Misa Tradicional!

¡Viva los sacerdotes tradicionales de la FSSPX!

¡Viva la Virgen Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé!  

Emilio Janz. Creador y Administrador de Acción Católica Tradicional y Católicos contra el N.O.M.