Caridad.
“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón. Este es el mayor y el primer mandamiento, y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. — San Mateo. 22:38
“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón. Este es el mayor y el primer mandamiento, y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. — San Mateo. 22:38
Cuando uno ha puesto todo su corazón en Dios, ya no hay afecto por las cosas terrenas. La grandeza de los honores, la distinción de las riquezas ya no le atraen; encuentra su único consuelo, su única seguridad en Dios. — Santa Teresa.
Cuando San Bernardo encontraba algún placer en las cosas creadas, se confundía y se humillaba diciendo: “El amor que tengo a Dios no es muy ardiente; si así fuera, no disfrutaría de nada fuera de Él”.
Santa Catalina de Génova, llena de amor a Dios, gritó: “No, no más apego al mundo; no más cariño por todo lo que el mundo ama. Si fuera dueña de mil mundos, renunciaría a todos ellos para que Dios fuera el dueño de mi corazón”.
No había nada en el corazón de San Ignacio de Loyola sino Dios, el deseo de agradarle y de ganar almas para Él.
Se dice en la Vida del Padre Peter John Cayron que este santo religioso no tenía otra pasión que el amor de Dios y verlo amado por el prójimo..
Santa Catalina de Génova, llena de amor a Dios, gritó: “No, no más apego al mundo; no más cariño por todo lo que el mundo ama. Si fuera dueña de mil mundos, renunciaría a todos ellos para que Dios fuera el dueño de mi corazón”.
No había nada en el corazón de San Ignacio de Loyola sino Dios, el deseo de agradarle y de ganar almas para Él.
Se dice en la Vida del Padre Peter John Cayron que este santo religioso no tenía otra pasión que el amor de Dios y verlo amado por el prójimo..
Oración
Oh Dios mío, te devuelvo mi corazón; te pertenece. Concédele que nunca se apegue a las cosas de la tierra; que no encuentro placer sino en Ti.