Conformidad con la Voluntad de Dios.
“No como yo quiero, Señor, sino como tú”. — Mat. 26, 39
«No creáis haber llegado a la pureza que debéis tener, mientras que no estéis constante, entera y alegremente sumisos a la santa voluntad de Dios en todas las cosas, aun en aquellas que más repugnan». — San Francisco de Sales
La congregación de san Vicente de Paúl había tenido una pérdida muy considerable de bienes, por cuyo motivo el santo escribió así a uno de sus amigos: «Debo haceros saber, como a uno de nuestros más íntimos amigos, la pérdida que hemos tenido, no como un mal que nos ha acontecido, sino como un favor que hemos recibido de Dios, para que nos ayudéis a rendirle acciones de gracias que le son debidas. Llamo a las aflicciones que el Señor nos envía favores y beneficios, sobre todo cuando son bien recibidas de nuestra parte. Su bondad infinita ha ordenado esta pérdida y nos la ha hecho con una resignación perfecta y entera, y me atrevo a decir con la alegría que hubiéramos tenido si nos hubiera enviado alguna gran prosperidad».
Oración
Señor, que en las perdidas materiales mi alma no pierda la paz, que en las adversidades de esta vida no pierda mi rumbo, todo lo que permites sucedan en esta vida sea los bienes o los males son para el bien de mi alma. Me abandono en tus manos como tu amada Madre la Santísima Virgen María. Te amo Virgen María y quiero ir al Cielo contigo y tu hijo divino, ante las aflicciones de la vida no permitas que el demonio me robe la paz de mi alma para poder hacerme caer en la tentación, no quiero perder la fe en tu divino hijo Jesús.