Conformidad con la Voluntad de Dios.
“No como yo quiero, Señor, sino como tú”. — Mat. 26, 39
“No como yo quiero, Señor, sino como tú”. — Mat. 26, 39
El fin de todas las virtudes es la de ponerse en posesión de la unión con Dios, de la cual depende toda nuestra dicha en este mundo; mas, ¿en qué consiste propiamente esta unión? En una perfecta conformidad de nuestra voluntad con la de Dios, de modo que la nuestra no esté jamás en contradicción con la de Dios; que amemos siempre lo que Él ama, y que todo lo que le desagrade nos desagrade a nosotros». — San Juan de la Cruz
San Bernardo dice de la Santísima Virgen que ponía constantemente todo su cuidado en agradar a Dios y que se conformaba siempre con su divina voluntad, con mucha prontitud y amor. Tomémosla por modelo.
Santa Teresa, al dar cuenta a su director del estado de su alma, le decía: «Mi voluntad me parece está de tal modo conforme con la de Dios que lo que Él hace en ella me parece ser hecho por ella. Todo lo que acontece me parece ser un manjar delicioso que Dios mismo me ha preparado. Yo no sabría desear otra cosa, y esta es la razón por la cual no hallo jamás nada amargo ni áspero». Un día, cuando una de sus religiosas se acusó en su presencia de no conformarse con la voluntad de Dios, la santa vio tan claramente cuán bueno, justo, útil y necesario es querer lo que Dios quiere y no querer otra cosa que esto, que quedó por algún tiempo inmóvil de admiración. No comprendía cómo una criatura, que no es nada delante de Dios, no pudiese amar la santa y amable voluntad de su Creador.
Oración
Santísima Virgen María, enseñame a encomendarme a tu cuidado y a conformarme siempre con amor a la divina voluntad de tu Divino Hijo.