Día Seis de Diciembre

                                              

Conformidad con la Voluntad de Dios.

“No como yo quiero, Señor, sino como tú”. — Mat. 26, 39

«Un alma verdaderamente sumisa a la voluntad de Dios no se aficiona a ninguna cosa creada, sabe que todo lo que está fuera de Dios no es más que vanidad y nada y, por ello, no tiene otro objeto ni otro fin que morir a sí misma y resignarse ahora y siempre en todas las cosas». — B. Enrique Suson

San Vicente de Paúl sobresalió en esto, pues que vivía tan desasido de todas las criaturas y de sí mismo. Su atención continua era conformarse con el buen agrado de Dios, y adorar con amor las disposiciones de Su providencia.

Santa Teresa escribía en estos términos a su director: «El estado actual de mi alma es que yo no quiero, sino lo que Dios quiere. El querer de Dios y su voluntad están de tal modo dentro de mí y tan unidos con mis deseos e inclinaciones, que no deseo otra cosa, e incluso me parece que no puedo desearlo: y esto es lo que quiero única y perfectamente. Tengo esta disposición grabada en lo íntimo de mi corazón. No tengo necesidad de producir ni multiplicar los actos de sumisión a la voluntad de Dios, amo todo lo que Dios quiere y me glorío de esto en sumo grado»..

Oración

Señor, Santa Teresa, llegó a un alto grado de unión de voluntades contigo, no necesitaba realizar actos de sumisión a tu voluntad porque ya era natural en su alma disponer todas las cosas en tus benditas manos. Permíteme llegar a ese grado de negación y desprendimiento, niego cumplir mi voluntad, me niego a mi mismo para dejar todo en tus manos.