Caridad.
“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón. Este es el mayor y el primer mandamiento, y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. — San Mateo. 22:38
“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón. Este es el mayor y el primer mandamiento, y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. — San Mateo. 22:38
El perfecto amor de Dios no consiste en esos sentimientos de devoción que a veces tanto deseamos, sino en una fuerte determinación de evitar el más mínimo pecado y de tomar todos los medios para ello, con un ardiente deseo de agradar a Dios en todo, y para procurar su gloria. — Santa Teresa .
Santa Juana Francesa escribió a la superiora de una religiosa a quien todos consideraban un alma llena del amor de Dios porque experimentaba extraordinarios consuelos espirituales: “Esta buena muchacha debe desengañarse; se convence a sí misma de que está muy elevada en el amor de Dios y se piensa que es sublimemente virtuosa. Yo soy de la opinión de que esos calores, esos ataques que ella siente, son de la naturaleza y del amor propio. Debéis decirle que la solidez del amor de Dios no consiste en gustar de los divinos consuelos, sino en ser muy exactos en observar su regla, en practicar fielmente las verdaderas virtudes; es decir, ser humilde, amar ser despreciado, estar desapegado de uno mismo y amar a Dios de tal manera que no desee ser conocido por nadie más que sólo por Dios. Éstas son las marcas infalibles del amor verdadero. Dios nos guarde de ese amor sensible que nos hace pensar sólo en nosotros mismos, porque lleva a la muerte”.
Se dice de Santo Tomás de Aquino que conservó su alma tan pura y limpia como la de un niño de cinco años: poseía un amor perfecto.
Se dice de Santo Tomás de Aquino que conservó su alma tan pura y limpia como la de un niño de cinco años: poseía un amor perfecto.
Oración
Dios mío, te amo. Es porque Te amo que no haré nada que te desagrade, y haré todas las cosas para complacerte y hacer que otros te amen..