Día Vigésimo de Diciembre

                                                           

Conformidad con la Voluntad de Dios.

“No como yo quiero, Señor, sino como tú”. — Mat. 26, 39

«Cuando alguno quiere unirse a Dios, es necesario que examine si hay entre su alma y Dios alguna cosa que impida la unión, si él no se busca a sí mismo en ninguna acción, y si el Señor es verdaderamente el Dios de su corazón» — El V. Enrique Susón

El V. Berchmans, después de un serio examen de su corazón, no halló en él ningún afecto desarreglado. Después de su muerte, se encontró el cuaderno depositario de los sentimientos de su alma, y tenía escrito: «Ningún objeto tiene poder sobre mis afectos, y no tengo nada a lo que pueda estar apegado».

San Vicente de Paul ganó para Dios a un gentil hombre de gran distinción que había vivido muchos años en la Corte, gobernándose según las máximas del mundo, y le aconsejó que hiciera frecuentemente un examen de los deseos de su corazón. Fue fiel a esta práctica, bien convencido por su celoso director de que estaría tanto más unido a Dios cuanto estuviese más desprendido de las criaturas.

Examinándose sucesivamente, asegurándose de que no estaba adherido sino por Dios a sus padres y amigos, y que estaba verdaderamente desprendido de los bienes, los honores, las comodidades de la vida y de todo lo que poseía. Llegó, mediante los diversos sacrificios que hizo, a una alta perfección.

Un día que habiendo sacrificado a Dios la única cosa a la cual le parecía tener alguna adhesión, el Señor había recompensado en el mismo instante este sacrificio que le había costado mucho, con una libertad tan grande que ya no tenía más afecto a ninguna cosa perecedera.

Oración

Señor que ningun objeto material tenga efecto sobre mi alma. Enseñame a examinar mi corazón y a mantenerlo en el recto camino. Amen