Día Vigésimo Noveno de Noviembre

                                       

Caridad.

“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón. Este es el mayor y el primer mandamiento, y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. — San Mateo. 22:38

Un cristiano debe tener tres corazones en uno: uno para Dios, otro para el prójimo y el tercero para sí mismo. — San Benito José Labre .

Este gran siervo de Dios, de quien se puede decir que el Espíritu Santo fue su maestro, explica de manera admirable estos tres objetos de la caridad cristiana: Dios, nuestro prójimo y nosotros mismos. “Es necesario que el primer corazón”, dijo, “sea para Dios: puro y sincero, que dirija todas sus acciones hacia Él, que respire sólo con amor a Él y con ardor en su servicio, que abrace todos las cruces que Dios quiere enviar. El segundo corazón debe ser para nuestro prójimo: generoso, sin temer ningún trabajo ni sufrimiento en su servicio; compasivo, orando por la conversión de los pecadores, de las almas del purgatorio, consolando a los afligidos. El tercer corazón, que es para sí mismo, debe ser firme en sus resoluciones, aborreciendo todo pecado, mortificado incluso hasta una vida de sacrificios, entregando su cuerpo a la austeridad y a la penitencia”. El santo practicó al pie de la letra lo que enseñaba. Por este medio alcanzó una caridad perfecta, a ejemplo de Jesucristo..

Oración

Dios mío, déjame tener para ti el corazón de un niño que ama tiernamente a su padre. Dame para mi prójimo el corazón de la mejor de las madres. Por mi parte, dame el corazón de un juez muy justo..