Mensaje de Jesús al Santo Padre Pío Año 1959 sobre los Tres Días de Oscuridad

  

La hora del castigo está próxima, pero Yo manifestaré mi Misericordia.

Nuestra época será testigo de un castigo terrible. Mis Ángeles se encargarán de exterminar a todos los que se ríen de Mí y no creen a mis profetas. Huracanes de fuego serán lanzados por las nubes y se extenderán sobre toda la tierra.


Temporales, tempestades, truenos, lluvias ininterrumpidas, terremotos cubrirán la tierra. Por espacio de tres días y tres noches, una lluvia ininterrumpida de fuego seguirá entonces, para demostrar que Dios es el dueño de la Creación.

Los que creen y esperan en mi Palabra no tendrán nada que temer, porque Yo no los abandonaré, lo mismo que os que escuchen mis mensajes. Ningún mal herirá a los que están en estado de Gracia y buscan la protección de mi Madre.

A vosotros, preparaos a esta prueba, quiero dar señales y avisos. La noche será muy fría, surgirá el viento, se harán... y habrá truenos.

Cerrad todas las puertas y ventanas. No habléis con ninguna persona fuera de la casa. Arrodillaos ante vuestro crucifijo. Arrepentíos de vuestros pecados. Rogad a mi Madre, para obtener su protección. No miréis hacia fuera mientras la tierra tiembla, porque el enojo de mi Padre es santo. La vista de su Ira no la podríais soportar vosotros.

Los que no presten atención a esta advertencia, serán abandonados e instantáneamente matados por el furor de la cólera divina.

El viento transportará gases envenenados que se difundirán por toda la tierra.

Los que sufran inocentemente serán mártires y entrarán en mi Reino.

Después de los castigos, los Ángeles bajarán del Cielo y difundirán el espíritu de paz sobre la tierra.

Un sentimiento de inconmensurable gratitud se apoderará de los que sobrevivan a esta terrible prueba.

Rezad piadosamente el Rosario, en lo posible en común o solos.

Durante estos tres días y tres noches de tinieblas, podrán ser encendidas sólo las velas bendecidas el día de la Candelaria (2 de febrero) y darán luz sin consumirse.


Mensaje de 1959 tomado de su testamento y hecho distribuir por los Sacerdotes Franciscanos a todos los grupos de Oración católicos en el mundo, ya desde la Navidad de 1990.

El Espíritu os anunciará las cosas que vayan a suceder. (Juan 16,13) 

¿Hay alguna desgracia, sin que la haya causado el Señor? y contesta: No, porque el Señor no hace nada sin revelar sus designios a los profetas. (Amós 3, 6)

No despreciéis las profecías, examinadlo todo y quedaos con lo bueno. (I Tes. 5, 19).

Hay menor peligro en creer lo que con alguna probabilidad nos refieren personas de bien, cosa no reprobada por los doctores, antes que rechazarlo todo con espíritu temerario y de desprecio. San Pedro Canisio